Los residuos de carbono son un indicador ambiental de la cantidad de emisiones de carbono que genera determinada acción o producto en un intervalo de tiempo dado. El concepto fue creado por los investigadores Mathis Wackernagel y William Rees en 1994 para registrar los efectos de nuestras acciones y nuestra actividad económica en el medio ambiente.
Si pensamos en la huella de carbono de una botella de agua de 1 litro, cabe destacar que para fabricarla se consumen alrededor de 7 litros de agua (siete veces más de lo que contendrá). Si en el mundo se compran cada segundo 17.000 botellas de plástico y a la huella de carbono de su fabricación se le debe sumar el envasado y el transporte, ¿no crees ahora en la importancia de reducir el impacto medioambiental?
Es por ello que, cuando hablamos del coste del agua, podemos afirmar que el consumo sostenible de agua purificada con filtrado BRITA no tiene precio.