Café de cafetería con agua filtrada
¿No te sabe igual el café de casa que el café de bar? Con las modernas cafeteras domésticas que existen en la actualidad, obtener un buen café ya no parece solo una cuestión de tecnología. A los equipos de tostado, a la molienda y a las máquinas de café de cafetería se le ha sumado un nuevo matiz diferenciador: el empleo de agua filtrada.
¿Cómo influye el agua en el sabor del café?
No hace falta ser un barista profesional para apreciar cuándo un café es excepcional y cuando no llega ni al aprobado. Se podría pensar que prepara un café cortado, un espresso o un café con leche en un bar o restaurante no tiene mayor complicación: todo depende de la máquina y del producto empleado. Sin embargo, es en la correcta combinación de estas dos variables donde se encuentra la clave del éxito.
Las máquinas de café profesionales trabajan con 9 bares de presión, que es la cifra de referencia para la elaboración del espresso y, por lo tanto, de todos los tipos de café de bar que parten de esta base. Pero de poco sirve una presión óptima si no se combina con una buena materia prima. En este sentido, el mejor café de bar es aquel que emplea un grano de tueste natural y recién molido junto a un agua de calidad.
Un café 100% profesional implica el empleo de un agua de poca dureza y escasa acidez, en torno a los 10 mg de sodio por litro. No obstante, no debe ser tampoco un agua demasiado blanda, ya que entonces el café perdería intensidad. ¿Cómo conseguir los parámetros necesarios para un buen café de bar? Mediante un sistema de filtrado profesional.