Esta disparidad en cuanto al origen hace que no toda el agua corriente del país presente las mismas particularidades. Elegir la mejor agua de España implica un análisis pormenorizado de los acuíferos, las conducciones y los tratamientos de potabilización, un trabajo que realiza de forma regular el Ministerio de Sanidad y que los consumidores ratifican con sus opiniones sobre el producto.
La legislación sobre las condiciones de salubridad del agua en España es muy estricta. No obstante, existe una gran disparidad en lo que a fuentes de extracción se refiere, por lo que resulta complicado realizar una valoración conjunta sobre la calidad del agua en el país. El abastecimiento y la potabilización del agua están garantizados en los más de 8.000 municipios del territorio español y el 0,5% del suministro que no se considera del todo seguro se justifica por motivos temporales, como cortes, incidencias o sequías.
En base a estos datos se puede establecer que el agua en España es segura para beber, pero su dureza, así como la concentración de determinados minerales y químicos, no es igual en todas las regiones. Con todo, y según informa la Organización Mundial de la Salud, la dureza del agua influye en las particularidades organolépticas del producto (características de sabor, textura, olor…), pero no existen evidencias de que afecten directamente a la salud. Por consiguiente, el agua del grifo en España no entraña más inconvenientes que el de la tolerancia de tu paladar. Y para beber un agua de calidad del grifo y tener un mejor sabor, BRITA tiene diferentes sistemas de filtrado que te ayudarán a conseguir el agua perfecta.
No obstante, las instituciones públicas no emiten valoraciones sobre si el agua de una ciudad es mejor o peor para beber, simplemente aportan los datos de análisis. Son las propias asociaciones de consumidores las que realizan este tipo de comparativas.
La mayoría de estos estudios coinciden en que el agua de ciudades como Burgos, Madrid, Segovia, Ávila o San Sebastián es de muy buena calidad. La explicación está en las condiciones naturales del terreno de las que se obtiene el agua, suelos mayoritariamente graníticos que filtran mejor los minerales, así como en la canalización y los exigentes tratamientos y controles a los que se someten las instalaciones de abastecimiento.
En el extremo opuesto están las aguas del Levante, que son las que siempre sacan peor nota en este tipo de investigaciones. Ello es debido a que en la mitad oeste del país predominan los suelos calcáreos. La piedra caliza es muy soluble y no tiene una gran capacidad de filtración, sino que añade al agua partículas en suspensión que hacen que el resultado sea mucho menos agradable al paladar.
En esta franja litoral (Barcelona, Tarragona, Castellón, Valencia, Alicante…) el agua procede de recursos más superficiales y tiene niveles medios y altos de cal. Un problema que también se observa en las islas y al que se añaden las limitaciones impuestas por la salinidad. No en vano, en los archipiélagos se consume más agua embotellada que en otras zonas de país.
Las aguas más blandas se concentran en la mitad noreste del mapa, donde la práctica totalidad de las provincias gallegas puede presumir de un suministro de gran calidad. En el sur el agua no es tan dura como en el litoral levantino, y se destaca sobre todo el buen equilibrio de composición de las aguas de Málaga y Córdoba.
A continuación puedes hacer click en el enlace al Informe de calidad de agua en España, donde se expone una tabla con la calificación sanitaria de los boletines de análisis de agua de consumo por CCAA según el Ministerio de Sanidad.
